Historias de animales que salvaron vidas

historias de animales

Hemos escuchado y leído sobre historias de animales que salvaron vidas. Héroes de cuatro patas que se convirtieron, en algún momento, en ángel de la guarda de algún humano.

Nosotros mismos hemos contado en el blog algunas de esas maravillosas historias de animales que, impulsados por el cariño y la lealtad han ayudado, mejorado e incluso salvado la vida de algunas personas.

Para qué negarlo, nos gustan y emocionan estas historias. Nos encanta conocer las experiencias de personas que han tenido la suerte de cruzarse con alguno de estos héroes tan singulares.

Es por eso que os traemos, una vez más, bonitas historias que con seguridad os van a emocionar tanto como nos han emocionado a nosotros. Ponte cómod@, estás a punto de descubrir o reafirmar la grandeza de los animales…

Historias de animales que salvaron vidas

Lulú, el cerdito salvó la vida de su dueño

historias de animalesEmpezamos esta pequeña recopilación de historias con Lulú, un cerdito que salvó la vida de su dueño.

Lulú era un cerdo domesticado que un día se enfrentó a una situación complicada: su dueño estaba en serios apuros, acababa de sufrir un ataque al corazón.

¿Qué puede hacer un cerdo cuando su dueño esta en una situación así?

Pues en este caso, Lulú salió corriendo hacia la carretera y se atravesó hasta que logró que un coche se detuviera. Cuando el conductor bajó de su coche Lulú se dirigió hacia el lugar en el que estaba su dueño, como indicándole el camino.

Imaginamos que no es fácil entender a un cerdo en medio de la carretera. Y tampoco debió ser fácil hacerse entender. Pero Lulú no perdió la esperanza y repitió la misma acción hasta que logró que el conductor le siguiera.

Sin salir aún de su asombro, el conductor pidió ayuda…

Y así es como esta historia tuvo un final feliz.

Rosco, el perro que salvó a un niño en un incendio

historias de animalesTodo ocurrió en México

Un desafortunado incendio comenzó a devorar la casa de una familia. Y en ese preciso momento dentro, durmiendo, se encontraba un niño de apenas 4 años.

Rosco era el perro de la familia; un perro que habían adoptado. Rosco ladró de manera incasable hasta lograr que el niño, aunque algo desorientara, se despertara y saliera de la casa.

El perro, en su exitoso intento por salvar al niño sufrió quemaduras en un 30% de su cuerpo. Pero, afortunadamente, tanto él como el niño sobrevivieron.

 

Una vez más, a través de estas historias llegamos a la conclusión de la grandeza de los animales. De la bondad, nobleza y lealtad que guardan. De nuevo podemos concluir que tenemos mucho que aprender de ellos.