¿Qué puede causar una agresión repentina de tu gato?

 

La agresividad repentina de algunos felinos suele ser uno de los problemas principales en la convivencia en el hogar. Llegando incluso a provocar el abandono de el gato al sentirse la persona sobrepasada por la situación.

La agresión por parte de un felino, ya sea hacia un humano u otro animal, siempre responde a una causa, por más repentino que pueda resultar el ataque. Los factores ambientales, hormonales o psicológicos, así como la salud del minino, juegan un papel determinante en las causas de agresión.

Siendo imprescindible que la persona conozca ¿qué puede causar una agresión repentina de tu gato? Para lograr comprender mejor a su mascota y encontrar una solución en pro del animal, y de quienes conviven con él.

 

Causas de agresión por parte de los gatos

Los motivos detrás de ataques repentinos, así como de una clara incomodidad por parte del felino, responden a varios factores que pueden o no estar relacionados entre sí.

La agresión puede deberse a problemas de salud, miedo o estrés, obstinación, dominancia, territorialidad, protección materna, juego o incluso como un acto de energía redirigida. Existiendo una amplia escala de motivos entre ellos que pueden desencadenar la agresión en gatos:

Agresión por temas de salud:

Los gatos son animales con una tendencia preocupante a esconder los síntomas de enfermedad o de lesiones. Lo que provoca que estas se agraven y afecten su interacción con el entorno, ya que el malestar los lleva a reaccionar con agresividad. Esto se ve sobre todo en gatos que sufren de artritis, infecciones, contusiones o enfermedades neurológicas.

Agresión por miedo o estrés:

Si el gato se encuentra en una situación en la que se siente amenazado, desprovisto de movilidad o con una gran carga de estrés y ansiedad encima, una agresión repentina puede ocurrir. Esta causa suele ser la segunda más común de ataques repentinos en gatos al haber tantos elementos que puedan provocarles miedo o estrés.

Agresión por obstinación:

Esta puede ocurrir durante los juegos, caricias o por un intenso interés por parte de algún otro animal o persona. Los gatos pueden irritarse con mucha facilidad, por lo que no es raro que algunos reaccionen agresivamente cuando se han obstinado de que los acaricien.

Dominancia y territorialidad:

A los gatos les gusta tener el control sobre su entorno, resultando en animales territoriales que defenderán lo que es suyo de ser necesario. O se impondrán sobre otros animales para asegurar sus dominios, normalmente utilizando la agresión para lograr sus fines. Esto incluye la agresión por causas hormonales o de apareamiento.

Agresión por protección materna:

Los ataques repentinos por parte de las gatas con crías responden enteramente a la protección natural de una madre. Que no dudarán en reaccionar con agresividad si alguna persona o animal les resulta peligroso para sus cachorros.

Agresión por juego:

Esto puede deberse a dos razones, una educación inadecuada del gato cuando era pequeño o un desliz del animal a causa de la agitación durante el juego. Ocurre por lo general en gatos a los que se les acostumbro a jugar con las manos y pies de las personas, sin establecérseles un límite claro.

Agresión redirigida:

Cuando el gato se encuentra inquieto por algo con lo que no puede interactuar directamente, como una ardilla al otro lado de la ventana, acumula energía que necesita soltar. Lo que acaba muchas veces con un desafortunado arañazo a alguna persona o animal desprevenidos en el hogar.

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