Ya hemos hablado del lenguaje corporal de perros y gatos. Y es que todos los animales, incluído el hombre, contamos más de lo que callamos a través de nuestro lenguaje corporal. También las iguanas.
Entender cómo se encuentra en cada momento el carácter de nuestra iguana es importante, pues sólo sabiendo de qué humor está y qué le pasa podremos evitar indeseables y desagradables ataques.
Agresivos por genética
Aunque es cierto que en su genética, las iguanas llevan marcado su prominente carácter fuerte, también influyen en él los estímulos ambientales.
Hay dos motivos principales por los que una iguana puede atacarnos: uno de ellos es la falta de confianza. Es decir, si apenas tenemos contacto con ella, o se trata de un animal capturado en plena libertad, no podemos pretender que confíe ciegamente en nosotros. Somos extraños que la han encarcelado y cambiado sus costumbres.
En segundo lugar, si la iguana se encuentra en fase reproductiva, cosa que ocurre en otoño en el caso de los machos, o durante la puesta de los huevos de las hembras, éstas defenderán su territorio con uñas y dientes.
La solución pasa por acercarte a ella poco a poco y ganarte así su confianza. para cogerla, colócala sobre tu brazo como si fuera una rama de árbol. Y por supuesto, no le acerques los dedos a la boca. Poco a poco irás ganándote la confianza de tu iguana.