La displasia de cadera

La displasia de cadera es uno de los mayores problemas que puede sufrir nuestro perro. Se trata de una enfermedad ósea, congénita, hereditaria y degenerativa.

La displasia de cadera está producida por una malformación de la articulación coxofemoral. Esta enfermedad puede producir dolor e incluso cojera en nuestra mascota. La prevención es fundamental para evitar males mayores. Por este motivo, lo que debemos hacer es controlar que nuestra mascota se mantenga en un peso adecuado, y que haga ejercicio físico. De no tratarse a tiempo, el animal puede quedarse cojo e incluso perder su movilidad.

 Señales de alerta

Un animal que tiende a ser activo, a correr y a saltar y es de carácter inquieto y juguetón, si de repente lo vemos que no puede levantarse, o que misteriosamente parece preferir quedarse recostado, esto significa que algo en él no va bien.  Una visita al veterinario se hace imprescindible si los síntomas persisten y no encontramos otra causa aparente o sospechamos que pueda tener un problema en sus patas o en sus caderas.  Y es que los dolores provocarían que el animal no quiera estar de pie ni caminar.

Soluciones

Restringuir al máximo las golosinas y procurarle una alimentación pobre en grasas y rica en fibra, así como una vida activa y revisiones de salud periódicas pueden controlar el peligro de la enfermedad.

Una vez aparecida la enfermedad, la hidroterapia (ejercicio en el agua) en un centro especializado, puede reducir el dolor de nuestras mascotas si sufren de displasia de cadera.