Los gatos pueden ser muy cariñosos con los seres humanos, pero también suelen tener sus particularidades de carácter. Al pertenecer a los felinos, los gatos tienen una sensibilidad especial a los cambios. Esto hace que tu gato pueda estar nervioso o estresado ante una cierta variedad de situaciones.
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Aprender a reconocer las señales de estrés de tu gato forma parte de la convivencia diaria que puedas tener con tu mascota. Recuerda que muchos gatos suelen tener un lado solitario y territorial y si esto se ve afectado, podría ponerse nervioso.
Señales de un gato nervioso
Un gato nervioso emitirá algunas señales que podrás reconocer rápidamente. Por ejemplo, si tu gato presenta algunos cambios de comportamiento, podría ser una señal de estrés. Otros síntomas que te dejarán saber que tu gato está nervioso son los siguientes:
- Tu gato está apático o huye del contacto
- Deja de jugar de la manera habitual
- Cambia la forma en la que se alimenta o deja de comer
- Cambios en la actitud corporal como el pelaje erizado, las orejas inclinadas sobre la cabeza y los bigotes rígidos
- Otro síntoma corporal es una postura tensa o encorvada
- Un gato nervioso puede bufar, gruñir o maullar de manera constante
- Si tu gato tiene las pupilas dilatadas, presta atención
- Rascarse o lamerse en exceso es un síntoma de estrés en tu gato
- Los gatos son territoriales, pero si marca su territorio de manera inusual fuera de su arenero, es un signo de algo más
- Destrozos en el mobiliario, las cortinas o incluso con sus juguetes también pueden mostrarte que tu gato está pasando un mal momento
Calmar el estrés de tu gato
Los gatos son sensibles a los cambios y también suelen ser muy vulnerables ante el estrés. La realidad es que hay varios factores que son capaces de alterar a tu minino. La llegada de otra mascota al hogar o de un nuevo miembro de la familia podría ser una causa. Pero también realizar una celebración o incluso un cambio de muebles podría estresar a tu gatito.
Por supuesto, una mudanza también es un factor de estrés y probablemente sea inevitable. Sin embargo, si hay algunas acciones que podrás realizar para ayudar a calmar el estrés de tu mascota felina cuando se ponga nerviosa.
Lo primero será identificar la causa del estrés y buscar una solución en caso de ser posible. Si se trata de la llegada de otra mascota, trata de que el cambio sea lo más llevadero posible. Podrías presentarlos de a poco hasta que se acostumbren a la presencia mutua. También ponerles comederos y bebederos separados.
Ante un gato nervioso, trata de no agobiarlo ni forzarlo, porque podrías obtener un resultado opuesto al buscado. Lo más posible es que simplemente con estar un rato a solas en una estancia tranquila pueda calmarse por sí mismo. También puedes probar acercarte a él despacio, usando una voz serena. Deja que te huela las manos primero.
Otra opción es sentarte a cierta distancia y ofrecerle alguna chuchería. De esta forma dejarás que sea él el que se acerque a ti.
En general, tratar a tu gato con respeto, paciencia y cariño resultará la mejor solución. Evita siempre regañarlo o gritarle, ya que esto no funcionará.
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