Historias de animales increíbles: Canelo esperó durante 12 años a que su dueño saliera del hospital

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Si te conmovió la historia de Capitán, el perro que vive junto a la tumba de su dueño que os contamos hace algunas semanas, tienes que conocer a Canelo, el perro que esperó durante 12 largos años a que su dueño saliera del hospital.

 Canelo el perro

Nos sigue pareciendo casi increíble que estas historias existan… Sabemos que los perros son animales fieles, agradecidos y leales, pero nos sigue sorprendiendo tanta bondad en estos peludos.

Canelo era feliz con su dueño. Y para su dueño, Canelo era su compañero, su amigo más fiel, su apoyo constante…
Lo hacían prácticamente todo juntos. Y es que pasaban prácticamente todo el día juntos. Una amistad así nada la puede romper.

Entre todo eso que hacían juntos, se encontraba también en tratamiento de diálisis que el dueño de Canelo necesitaba realizar una vez por semana debido a su enfermedad. No era un momento fácil; pero ahí estaba Canelo cada semana, acompañando a su dueño hasta la puerta del hospital, mirándole con todo el cariño del mundo al entrar y mostrándole su amor incondicional.

Sin embargo, su salud estaba resentida y una de las veces que entró al hospital para recibir el tratamiento, todo se complicó y ese día no pudo salir. Los médicos lucharon por su vida, pero las complicaciones médicas tuvieron como consecuencia el fallecimiento del dueño de Canelo.

El perro esperó un día a las puertas del hospital, y otro día, y otro más… Se convirtió en un perro callejero que vivía en las inmediaciones en las que se encontraba el hospital. Y mientras luchaba por sobrevivir, cada día regresaba a las puertas del hospital con la esperanza de ver salir por ellas a su dueño.

Se hizo mayor allí, esperando… y su final no fue, ni mucho menos, un final feliz. Un día de tantos que espera aún con la esperanza de regresar a casa con su dueño, Canelo murió atropellado cerca del hospital.

Se fue tras darnos una gran lección de amor sin condiciones y lealtad. Una lección que conmovió a Cadiz, lugar en el que ocurrió todo. Tanto es así que el pueblo gaditano decidió poner su nombre, «Canelo», a una calle y una plaza en honor y reconocimiento a este perro por su inmenso cariño, su dedicación y su lealtad.