Perros

El perro que cuidó a un joven que cayó a un barranco

No cabe duda que la nobleza de los perros queda de manifiesto incluso cuando estos no están familiarizados con algunas personas, y esto lo puede comprobar el joven Juan Heriberto Treviño quien pasó uno de los momentos más desesperantes de su vida, pero gracias a un can hoy puede decir que se encuentra con su familia.

Los hechos sucedieron en el municipio de Galeana de Monterrey, México, en donde en un joven que se encontraba de campamento de verano, estaba participando en una de las actividades que son frecuentes en estos eventos, desafortunadamente el pequeño Juan Treviño no se percató que se alejó demasiado del grupo mientras buscaba troncos y material que le ayudara a construir un refugio, lo que no sabía era que frente a el estaba un barranco al que cayó y no pudo salir; ante sus llamados de auxilio no hubo ninguna otra persona que lo pudiera escuchar.

Así el perro cuidó al joven

Al haber caído en el barranco, el pequeño de apenas 14 años fue reportado como perdido, tanto familiares y personal encargados del departamentos emprendieron una ardua búsqueda; fueron más de 40 horas las que tuvieron que pasar para dar con el paradero del extraviado.

Para fortuna de Juan Treviño, desde que se separó del grupo un perro no dejó de seguirlo en ningún momento, incluso cuando se presentó la caída al barranco, el can se mantuvo estoico junto al pequeño que entró en un estado de desesperación al no poder salir de la situación en la que se encontraba.

Después de transcurrido casi 2 días, personal de protección civil pudo localizar al pequeño joven, la sorpresa todavía fue mayor cuando se percataron de la presencia del noble perro que parecía lo estaba acompañando, para que no sintiera la soledad ni la desesperación mientras transcurrían las horas.

Tras ser rescatado, el pequeño relató como fue que cayó al barranco, y también como es que el perro que le acompañó estuvo siempre a su lado, también mencionó su sentir mientras pasaban las hora, el creyó que no saldría con vida, incluso tuvo que tomar medidas desesperadas, una de ellas la de tomar agua de los charcos que estaban a su lado para mantenerse hidratado.

La noble labor que llevó a cabo el perro, provocó que el pequeño y su familia lo quisieran adoptar y llevarlo a casa, pero lamentablemente para ellos, el can que hoy sabemos que lleva por nombre Max, ya cuenta con un propietario.