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Las liebres y los conejos son unos de los animales favoritos de muchos, no solo para observarlos a la distancia, sino también como fieles compañeros de la vida diaria. Estos, al igual que todo aquel animal que se tenga como mascota, requieren de cuidados específicos y atención para asegurar su bienestar, pero el enemigo inevitable de la salud siempre está allí, en las sombras, y esas son las enfermedades.
Entre las diversas enfermedades que afectan a estos pequeños peludos, la myxomatosis tiene un alto grado de peligrosidad, pudiendo acabar con sus vidas en cuestión de días. Por este motivo, es esencial informarse de ¿cómo saber si tu liebre tiene myxomatosis? Y los aspectos generales de esta enfermedad vírica.
¿Qué es la myxomatosis, la conocida enfermedad del conejo?
La myxomatosis (mixomatosis), llamada comúnmente en las áreas rurales como tomatosis, es una enfermedad infecciosa y vírica que ha acabado a lo largo de los años con la vida de millones de conejos. Esta es causada por un poxvirus denominado virus Mixoma, y se caracteriza por causar tumores en los tejidos conjuntivos del animal y por su elevada tasa de mortalidad.
Este virus, originario de Sudamérica, se expandió rápidamente por Europa (1952-53) y Australia (1950) debido a la intervención humana y su uso como “controlador de plagas”, lo que tuvo un efecto drástico en las poblaciones de conejos. Los conejos, en especial el conejo europeo (Oryctolagus cuniculus), eran la víctima principal de la mixomatosis, hasta que en 2014 en adelante, se confirmó el “salto” del virus hacia las liebres europeas e ibéricas.
La mixomatosis solo afecta a dos de los lagomorfos principales, conejos y liebres, siendo potencialmente mortal para ambos animales, y por desgracia, en la actualidad no existe una cura para esta enfermedad.
Su transmisión recae tanto en los vectores, artrópodos que se alimentan de sangre (mosquitos, pulgas, garrapatas, piojos), como en el contacto directo con animales y objetos infectados. Los humanos y otros animales lagomorfos y no lagomorfos, pueden infectar a una liebre o conejo sano si han tenido contacto con algún objeto o animal contaminado. Cabe recalcar, que ni los humanos ni otros animales como perros y gatos pueden contraer mixomatosis.
Diagnóstico y síntomas
Debido a las fuertes características que posee la mixomatosis, su diagnóstico suele ser rápido, confirmándose con exámenes del tipo anatomopatológicos, aunque también se utilizan biopsias de las lesiones provocadas por la tomatosis y aislamiento del virus en cultivo celular.
En algunos casos y debido a ciertas variantes del virus, su detección puede ser más lenta ya que la evidencia principal de su presencia en el animal, tumefacciones en la piel y en las membranas mucosas que se observan sobre todo en la cabeza y los genitales, no aparece hasta muchos días después; existiendo incluso una variante respiratoria de la mixomatosis.
Entre los síntomas de la mixomatosis se encuentran las inflamaciones en la piel, cabeza y genitales hinchados, fluido alrededor de los labios, nariz y orejas, pus que sale de la nariz; secreción lechosa de los ojos, letargo, falta de apetito, caída de las orejas, fiebre, depresión y respiración dificultosa.
Tratamiento
Como se mencionó anteriormente, la mixomatosis no posee cura, sin embargo se pueden aplicar tratamientos sintomáticos para aliviar al animal, prevenir la adquisición de otras enfermedades a causa de la debilidad provocada por la tomatosis y aumentar las probabilidades de supervivencia.
Acudir con un veterinario a la primera señal de cualquier síntoma de enfermedad es vital para intentar que el animal sobreviva, en especial en lo que respecta a los conejos domésticos y las liebres que no han desarrollado resistencia natural a la myxomatosis.
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