Los microchip para gatos se han convertido en una tendencia en los últimos tiempos. Si bien en otros tiempos era suficiente colocarle un collar con el nombre del dueño para casos de extravíos, la tecnología ha desarrollado otros dispositivos que ayudan a los dueños de gatos en caso de pérdidas. Implantar un microchip a tu gato puede ser una gran idea en muchos casos.
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Lo cierto es que tu gato puede llegar a desorientarse y perderse. O simplemente no encontrar el camino que lo lleve de vuelta a casa. En cualquiera de estos casos, el microchip podrá funcionar estupendamente siempre y cuando el felino perdido sea llevado a un centro veterinario o a un centro de acogida de mascotas. De esta manera podrán rastrear tus datos a través del microchip y tendrás a tu mascota de vuelta en casa rápidamente.
De hecho, la principal desventaja de poner un microchip a tu gato es que no te ayudará a encontrarlo excepto que lo lleven a un sitio donde puedan encontrar el dispositivo.
Cómo se coloca el microchip a un gato
Colocar un microchip a un gato es un procedimiento que no le causará ningún dolor a tu mascota. Se trata de un proceso simple y rápido que debe ser ejecutado por el veterinario. Este profesional es el que se encargará de colocar el dispositivo debajo de la piel de tu gatito. Hay que saber que el microchip tiene el tamaño de un grano de arroz y tu gato no se dará cuenta que lo lleva.
Se trata de un dispositivo con un código único que es registrado en una base de datos. Tu nombre, dirección y número de teléfono son algunos de los datos que debes dejar para que te registren en la base de datos. También es importante otra información respecto a las vacunas que tiene y si se encuentra esterilizado.
Podrás colocar un microchip a tu gato a partir de las diez o doce semanas de edad. De hecho, hay algunos criadores que entregan al gatito ya con el dispositivo instalado.
Otros dispositivos
Hay en el mercado otros dispositivos más sofisticados que podrán ayudarte a recuperar a tu mascota en la mayoría de los casos. Por ejemplo, los localizadores GPS, que son capaces de ofrecer información en tiempo real a través de una aplicación en tu teléfono móvil.
Aunque se trata de un dispositivo más grande que el microchip, podría ofrecerte mayores ventajas a la hora de velar por la seguridad de tu minino.
El localizador GPS se puede colocar en el collar del gato o en el arnés. Esto no le generará ningún problema ni peso extra. Lo mejor en este caso es que ofrece rastreo de tu mascota en tiempo real. Las actualizaciones, dependiendo del modelo que escojas, pueden ser cada dos o tres segundos.
Además, el alcance del GPS es ilimitado. Es decir, que podrás encontrar a tu gato sin importar la distancia a la que se encuentre. También tiene otras funciones como monitorizar el nivel de actividad de tu gato.
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