En verano, un pequeño descuido con nuestra mascota puede costarnos muy caros, y es que las altas temperaturas puede causar consecuencias fatales en la salud de nuestro animal. Viajar en coche, dejar a la mascota en la terraza a pleno sol, u olvidarse de vigilar que el animal bebe y come como es debido, son conductas que hay que evitar a toda costa. En verano las precauciones son más necesarias que nunca.
El golpe de calor
Igual que se recomienda nunca dejar solo a un bebé en un coche, cuando bajamos a comprar al supemercado o a tomar un refrigerio, aunque pensemos que sólo será un momento, tampoco un perro ni un gato deben dejarse en el coche. Y es que, los humanos somos concientes de que tenemos calor porque sudamos, pero perros y gatos sólo sudan por las plantas de las patas. Si observamos que nuestra mascota jadea, te está mostrando que tiene mucha calor, y además, haciendo un esfuerzo grande por perder es calor.
Por eso, es necesario parar el vehículo de vez en cuando, estacionar en una zona con sombra, y mojar la cabeza del animal para refrescarle. Y esta norma es válida y necesaria también para los gatos.
Hay que evitar igualmente hacer ejercicio en los días de calor. Especialmente si la actividad física se retoma después de una parón de unos días.