En Corea del Sur los perros son comida. Incontables son los perros que cada día son sacrificados como negocio para la industria cárnica y llevados a los platos de los coreanos.
La historia de Chi Chi, una perrita destinada a morir sacrificada para convertirse en comida, nos ha encogido el corazón…
Chi Chi es una perra labrador que desde el día que nació fue colgada a la espera de convertirse en un producto vendible. Una empresa cárnica retuvo a Chi Chi desde que era apenas una cachorrita y la colgó por las cuatro patas boca abajo durante un largo período de tiempo a la espera de que se convirtiera en un alimento más jugoso y apetecible.
Pero a la empresa se le fue la mano, dejó demasiado tiempo a Chi Chi colagada… Y tanto tiempo colgada por sus patitas hizo que las cuerda se incrustaran en su piel y su carne hasta llegar al hueso y, sin cura ni higiene, sus patas se acabaron pudriendo.
Entonces, dejó de ser útil para la industria, su carne ya no era comestible, por lo que se había convertido en desperdicio. Y acabó donde acaban los desperdicios, la empresa tiró a Chi Chi a un contenedor de basura sin intención alguna de acabar con su sufrimiento y agonía. La tiraron viva y mal herida a la basura.
Una protectora de animales coreana, Nabiya Irion Hope, consciente de que en esa zona se realizaban sacrificios de animales, por lo que estaban alerta, fue quien encontró a Chi Chi torturada e indefensa en la basura. Entonces contactaron con ARME pidiendo ayuda para, al menos, intentar hacer algo por la vida de Chi Chi.
La valiente labradora, fue intervenida de urgencia, ya que poseía una grave infección es todas sus patas consecuencia de todo el tiempo que pasó colgada en aquel infierno. Las lesiones eran demasiado graves, hubo que amputarle las cuatro patas para poder salvarle la vida. La vida de Chi Chi no sería fácil, pero estaba en buenas manos, así que sería feliz.
La protectora diseñó para ella, tras la operación, unas prótesis que le permiten andar y hasta correr.
Por fin tiene la vida que merece, rodeada de personas que la han cuidado y le han regalado amor hasta hacerla confiar de nuevo en los humanos. Hoy, es una perrita con una historia estremecedora, pero con final feliz. Y es que Chi Chi ha sido adoptada por una familia estadounidense que la adora.