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3 tips para entrenar a tu gato para que use su caja de arena

El reto más intimidante para las personas que tienen a su primer gato es enseñarle a usar su caja de arena. A menudo, los dueños experimentan estrés cuando las cosas no salen como desean e incluso llegan a pensar que no están hechos para vivir junto a un minino. Esto es algo normal, incluso para los dueños experimentados, ya que muchas veces no se toma el tiempo suficiente para enseñarle apropiadamente al felino.

caja de arena

Entrenar a un gato requiere paciencia, perseverancia e interés. Algunos gatos no necesitarán siquiera que les muestren la caja para saber cuál es su objetivo, mientras que otros podrían requerir días o semanas para entenderlo. Para superar este reto con éxito, es fundamental conocer los 3 tips para entrenar a tu gato para que use su caja de arena.

Intervención humana

El papel de la persona en el entrenamiento es clave. No solo es responsable de elementos tan vitales como la caja de arena, su ubicación y limpieza, sino también del refuerzo positivo que su presencia puede aportar al minino. El refuerzo positivo cada vez que el gato haga algo bien es crucial, ya que esto reafirma el nuevo aprendizaje en su mente. El minino entenderá que lo que está haciendo está bien y querrá seguir haciéndolo para recibir más mimos.

En cambio, el refuerzo negativo debe ser evitado a toda costa. Gritarle, pegarle o forzarlo solo hará que el gato desarrolle miedo, tanto a la caja de arena como a su dueño, impidiendo cualquier avance y dificultando una relación positiva entre ambos.

La caja de arena

Uno de los principales motivos por los que muchos gatos se niegan a usar una caja de arena es porque no se sienten cómodos con esta. Esto puede deberse a que la caja no es adecuada en tamaño o altura, que la arena utilizada les resulte incómoda o irritante, una mala ubicación o falta de limpieza. Si estos elementos no coinciden con las necesidades del gato, es probable que se niegue a usar la caja, independientemente de los premios que reciba.

Para cumplir con todos estos requisitos, es necesario analizar ciertos elementos del hogar y del minino. En cuanto a la caja, mientras más grande, mejor, incluso si el gato es un cachorro. Los gatos necesitan espacio para moverse y ubicarse para hacer sus necesidades, por lo que una caja pequeña les resulta incómoda. Es importante asegurarse de que el gato pueda subir a la caja por sí mismo.

En cuanto a la arena, se recomienda evitar las aromatizadas y las aglomerantes, ya que pueden ser un peligro o un factor irritante para el felino. La cantidad de arena debe ser de 5 a 10 cm, dependiendo del tamaño del gato y de la caja de arena.

La ubicación de la caja debe ser estratégica, en un lugar que no sea muy concurrido y donde el gato pueda tener privacidad, pero que sea de fácil acceso para él.

La rutina

La rutina es clave para cualquier entrenamiento, incluido el enseñar a un gato a usar su caja de arena. La persona debe establecer una rutina de alimentación que permita calcular cuándo el gato necesitará ir al baño, considerando también que algunos felinos prefieren ir después de una siesta o una sesión de juego.

Cada día, pasados unos veinte minutos después de la comida, se debe acercar al minino a la caja y colocarlo en ella, ya que después de este tiempo los gatos suelen necesitar ir al baño. Esto también se debe hacer si se observa al minino con la intención de hacer sus necesidades en otro lugar.

El éxito del entrenamiento se asegurará una vez que el gato asocie la caja de arena con la necesidad de ir al baño y siempre que esta no le resulte incómoda o amenazante.

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