Todos alguna vez hemos escuchado el refrán “llevarse como perros y gatos”. Ciertamente, la convivencia entre estas dos especies puede resultar difícil en el hogar, pues tienen personalidades y necesidades muy distintas. Sin embargo, no es imposible que los perros y los gatos se lleven bien. Fomentar una relación positiva y pacífica entre nuestros amigos peludos es posible y más fácil de lo que se cree.
A continuación, los cinco mejores consejos para la convivencia entre perros y gatos en el hogar:
¿Cómo los presento?
Presentar a perros y gatos cuando aún son pequeños puede facilitar la convivencia. Esto no quiere decir que sea imposible presentarlos ya en edad adulta, aunque puede tomar un poco más de tiempo.
El encuentro debería tener lugar en un espacio amplio. Es preferible cortar las uñas del gato con anterioridad y mantener al perro atado, para evitar cualquier accidente. Al principio, mantenlos en cuartos separados y ofréceles un trapo impregnado con el olor del otro. Luego puedes llevar a cabo la presentación oficial. Déjalos que se olfateen mutuamente y que se acerquen a su tiempo. Si algo va mal, sepáralos e inténtalo de nuevo más tarde.
Para evitar sobre estimular al perro, es conveniente llevarlo a tomar un paseo o comprarle un juguete nuevo en la tienda de mascotas, para que suelte energía antes de la presentación. Esto ayudará a mantenerlo tranquilo.
Coloca su comida en espacios separados
Es importante que tus perros y gatos cuenten con un espacio propio para comer. Ambos son depredadores, y es necesario evitar que sientan que tienen que pelear o competir por la comida. Lo ideal es colocar el comedero y bebedero del gato en lugares altos a los que solo él tenga acceso. Procura no mezclar sus croquetas o intercambiarlas una por la otra, pues la comida del gato no es nutritiva para el perro y viceversa.
Cuando el perro esté comiendo, evita que el gato se acerque pues quizás se enfade e inicie una disputa.
Dale privacidad al gato
Los gatos son animales solitarios y algo quisquillosos por naturaleza. Por eso es importante que existan refugios en la casa donde el gato pueda descansar de la compañía del perro y estar a gusto. Estos pueden ser pequeños rincones donde se pueda esconder o lugares altos. También es importante que la bandeja con arena del gato esté fuera del alcance del perro, pues necesita un lugar tranquilo y privacidad para hacer sus necesidades.
Evita que sientan celos el uno del otro
A pesar de ser animales, nuestros amigos peludos en ocasiones pueden sentir emociones que, a primera vista, parecen muy humanas. Una de ellas son los celos. El instinto de competencia puede presentarse en perros y gatos no solo cuando se trata de comida, sino también de juguetes o incluso la atención del amo. Por eso es importante tomar precauciones para que no haya envidia entre las mascotas, pues esto puede terminar en una pelea.
Es necesario que proveas a ambos el mismo nivel de atención y cariño. También es importante recordar que cada uno debe tener sus juguetes propios. Procura jugar con ellos a menudo para mantenerlos entretenidos y hacerlos gastar energía. Esto los mantendrá tranquilos a lo largo del día y suprimirá sus instintos depredadores, lo que evitará peleas entre nuestras mascotas.
No esperes que se vuelvan amigos
Aunque se logre una convivencia pacífica entre perro y gato, esto no necesariamente significa que se volverán amigos. A veces, es suficiente con lograr que los animales se toleren y sean capaces de convivir sin muchos roces. Quizás lleguen a jugar y dormir juntos, e incluso el gato puede empezar a acicalar a su compañero perruno. Sin embargo, la dinámica de la relación debe ser decidida por ellos. Si alguno de los animales siente incomodidad o sencillamente desinterés por la otra mascota, debemos respetar eso y no forzarlos a relacionarse si no lo desean.
Socializar a dos mascotas tan diferentes es un proceso lento, gradual y que requiere mucha paciencia. Lo importante es ser realista, respetar las necesidades de nuestros animales y tomar las decisiones necesarias para mantenerlos seguros. Si sigues estos consejos, lo más probable es que logres una convivencia armónica entre tus mascotas. Si ese no es el caso y no sabes qué más hacer, considera una consulta con un etólogo.
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