El gigante asiático es uno de los países que más cambios ha sufrido en las últimas décadas a nivel mundial. El estilo y forma de vida de la mayoría de sus habitantes se ha ido modificando casi de forma radical. Sin embargo, aún existen costumbres que siguen intactas y no ha variado. ¿Sabías que China está comprando todos los burros del mundo? Sigue leyendo, porque en este post te contamos para qué…
China está comprando todos los burros del mundo pero, ¿para qué?
Lo cierto es que en China cada vez hay menos ejemplares de este adorable animal. Y es que de su piel se extrae una gelatina que es el ingrediente principal e un medicamento tradicional chino.
“Ejiao” es el nombre que le dan y, según parece, sirve para casi todo: es capaz de curar el resfriado, detener hemorragias, ayuda a controlar el insomnio, evita mareos, y mejora cualquier afección que se pueda padecer en el hígado, los pulmones o los riñones.
Mientras China era una país fundamentalmente agrícola, el burro no era una preocupación, ya que al ser un animal imprescindible en el campo y su piel se utilizaba cuando moría.
pero la industrialización lo ha cambiado todo… y la población de burros en el país ha pasado en apenas 20 años de 11 millones a apenas 6 millones. Eso supone casi la mitad.
Ante este panorama, los fabricantes de “ejiao” comenzaron a comprar burros por todo el mundo, sobre todo a África.
Por otra parte, ante la situación, algunos países han prohibido la venta de burros a China con el fin de frenar el sacrificio de los mismos, ya que su población estaba quedando diezmada. Y también con el fin de evitar que los ganaderos abandonaran la cría de otros animales, ya que el precio del burro se disparó de forma abismal.
De manera indirecta, aumentó también el número de mataderos, lo que llevó a la contaminación de acuíferos con las graves consecuencias que eso supone para la salud pública.
Para abastecer la enorme demanda de China de estos animales, la solución que se ha encontrado es crear toda una industria específica de cría de burros para abastecer al gigante asiático.
